Emë
Texto por Emë.
Soy Gaby Muñoz, fundadora de Emë, profe de música en una primaria del MEP, y mamá de M. Nací hace unos añitos en Caracas, Venezuela, la mitad de mi familia paterna es Venezolana y a pesar de tener papás ticos nací por allá. A los 2 años me vine para Costa Rica, lo que hace que si la gente no me conoce bastante ni cuenta se dé que soy venezolana. Viví toda mi vida en Guadalupe, y cuando me casé después de gitanear por dos años nos vinimos a vivir a San Pablo de Heredia.
Siempre me encantó cocinar, entretener a la gente, hacerles los postres favoritos, las cosas que les gustan de comer. Pero no sé por que nunca se me ocurrió hacer algo que tuviera que ver con gastronomía como profesión, tal vez por haber estudiado en un cole súper académico, tal vez porque vengo de una familia de docentes, así que ser profe sonaba bien lógico.
La maternidad es algo transformador, en mi caso, fue tan transformador que mi hijo no venía con un bollo de pan debajo del brazo sino que venía con una idea de negocio.
Él tiene alergias alimentarias y para poder amamantarlo no solo él iba a tener restricciones sino que yo también. Yo, la que me sentaba con el tarrito de leche condensada y el cereal en las mañanas. De verdad que ni lo pensé, aprendí a leer etiquetas quitamos lácteos de la dieta y todo mejoró pronto.
Excepto mis antojos, yo quería comer queque, tres leches, o cereal con leche condensada. Hace 4 años aunque suene muy poquito tiempo habían muchísimos menos productos veganos, y se conocía mucho menos de las alergias alimentarias, o por lo menos yo conocía menos.
Y así debido la falta de opciones decidí empezar a hacerme cosas yo, sobre todo ya cuando nuestro hijo empezó a comer. Me puse una meta, que comiera lo mas “parecido” a los demás par que no extrañara o se sintiera diferente por sus alergias.
Como al año le llegué al punto de la leche condensada, quemé como 25 intentos, o me quedaban muy dulces, o no condensaban o simplemente no me encantaban. Cuando lo logré le di a probar a varias personas cuando llegaban a la casa, hasta que alguien me dijo, ¿no se te ha ocurrido vender esto?, la verdad es que no, no se me había ocurrido.
Yo soy profe de música de profesión, lo único que podía pensar era ¿qué tenía que hacer una profe de música haciendo ese tipo de cosas? Un día peloteando ideas con una amiga se me ocurrió Emë, es la inicial del nombre de mi hijo, inspiración de todo esto. Después en setiembre del 2016 otra amiga me regaló el diseño del logo para mi cumple 30, me encantó, pero la verdad es que lo engaveté, me daba susto tirarme al agua.
Yo seguía insistiendo en que quería hacerlo pero no terminaba de arrancar, hasta 6 meses después, en mayo del 2017 mi esposo llego un día con un montón de cajas y dijo.” Ok Gaby, si usted quiere hacer esto hágalo pero en serio” y resulto ser la materia prima para hacer lo que fue nuestro primer lote.
Hicimos varias, les tomamos fotos, y aún no deja de sorprenderme que se hayan movido tanto, eran fotos de celular, nada pensadas. En la semana de Concientización sobre las Alergias Alimentarias, mi esposo las subió a un par de grupos de Facebook y se los juro que lo que pasó después de eso, ha sido de las experiencias más chuzas de mi vida.
Esa primera semana vendimos como 100 Dulces de Coco allergy free, fuímos de puerta en puerta en nuestro carro, en familia, a repartirlas y cocinamos como locos, nos quedamos sin stock varias veces, pero lo más chiva de todo era escuchar las historias de las personas y las impresiones después de que las probaban.
Esto fue hace menos de un año, y ahora tenemos 4 productos de rotación regular: Dulce de Coco Tipo Leche Condensada de Azúcar Regular, dulce de coco tipo leche condensada con Azúcar Cruda, sabor Dulce de Leche y Manjar de Chocolate; además de algunos sabores de temporada como Dulce Navidad, Dulce Amor. También distribuimos en 20 tiendas artesanales. Apuntamos fuerte a distribuir de aquí a final del año en supermercados y a no ser solamente una marca de Dulces de Coco, sino una marca de muchos productos allergy friendly.
Emë en definitiva fue el regalo más grande que me pudo haber dado mi hijo con su nacimiento porque no solo me convertí en emprendedora gracias a él, sino que hago algo que me apasiona muchísimo y puedo llevarle a la gente con restricciones alimentarias momentos de satisfacción de una forma segura.
Y así nació Emë, mi amor por los dulces y mi amor por M enfocados en algo así de chiva.