Desde que empezó la cuarentena, me descuidé, sí, en una búsqueda por ayudar, por contribuir y sostener todo a mi alrededor, me descuidé.
Y es que podría decir que muchas veces nos descuidamos por estar cuidando de los demás; nos perdemos de nosotros mismos, porque cuidar de uno, genera un eco de egoísmo. Sí, así se percibe ese desbalance en nuestra sociedad.
Describir el autocuidado hoy en día, es un tema relevante en las redes sociales, porque justamente no nos han enseñado cómo hacerlo y aún cuando logramos identificar qué hacer, aparece la parte más retadora, comunicarlo. Y digo la parte más retadora porque establecer límites en lo que lo podés dar, representa romper capas de vergüenza que no necesariamente se van a sentir bien en el entorno que estás ahora.
Sin embargo, estas épocas vienen a enseñarnos justamente esto, que somos un sistema interconectado, que necesitamos los unos de los otros, y que debemos cuidarnos primero nosotros, para poder cuidar a los demás.
Mi invitación es que nos animemos a comunicar cuando estamos cansados, abrumados, a expresar lo difícil que se está sintiendo, a pedir apoyo, levantar la mano para pedir ayuda; porque ahí empieza el autocuidado, cuando reconocemos nuestros límites y empezamos a diseñar una vida que los proteja.
Sos muy importante, y antes de que sigás romántizando “el darlo todo hasta no poder más”, “entregar más allá de los que puedo dar”, pregúntate qué estrategias podés implementar para que tu vida y tu salud, se sientan sostenibles en estos momentos en el que el mundo enfrenta una pandemia.
Vos sos tu responsabilidad más grande, porque si no estás bien vos, cuidar de otros va a ser imposible.
Gabriel García,
Director de Contenido de Diay, es mi consejo.